«Objetivamente, en su calidad de guion, producción y actuación, Andor es la mejor serie de Star Wars y una de las mejores series de los últimos tiempos.»

Andor terminó hace unos días y aún siento que necesito tiempo para digerirla. La serie de Star Wars, centrada en el personaje del rebelde Cassian Andor (Diego Luna), uno de los protagonistas de Rogue One: Una Historia de Star Wars finalizó el 13 de mayo de 2025 con el capítulo 12 de su segunda temporada y que conecta, con horas de diferencia, con Rogue One.
Es duro pensar que, tal vez, no tengamos nunca más un producto televisivo tan completo y complejo relacionado con la galaxia muy lejana, de hecho, si buscan, se darán cuenta que los últimos capítulos de la serie, al menos los 6 últimos, están todos rankeados con notas superiores y comparables sólo con capítulos de culto de series como Breaking Bad con Ozymandias, Game of Thrones con la Batalla de los Bastardos, entre otras.

Andor junto a un Tie Fighter

Diego Luna (Cassian Andor) en la segunda temporada de Andor

Es tan impresionante lo que ha conseguido Andor, que, si se fijan, una gran serie como House of the Dragon, con su segunda temporada, ha tenido un solo capítulo con una nota de esa magnitud: la Batalla de Reposo del Grajo.
Está claro que Andor, con una calidad muy superior a todo lo que ha parido mientras Disney ha tenido los derechos de Star Wars, se ha metido entre las mejores series del último tiempo y la mejor serie de Star Wars, sin dudas. Te puede gustar más o menos y preferir otros productos de la saga, otros personajes y otras series, tienes todo el derecho, pero objetivamente, en su calidad de guion, producción y actuación, Andor es la mejor serie de Star Wars.
¿Por qué? La razón, más allá de las grandes palabras, Andor es un producto que enriquece exponencialmente a su secuela: Rogue One, que de por sí es un producto de tremenda calidad, sino que también, enriquece el visionado de Una Nueva Esperanza, algo que ya había hecho Rogue One, pero que ahora le da toda una nueva perspectiva a una película estrenada en 1977. ¿No me cree? Vea Andor – Rogue One – Una Nueva Esperanza, la nueva “trilogía” favorita en las redes.
Tony Gilroy, showrunner de la serie, que también fuera guionista de Rogue One y que tiene a su haber producciones como Michael Clayton, la trilogía de Bourne, Prueba de Vida y el Abogado del Diablo, nos entregó un trabajo excelso en materia de guion. Estructuró su serie como pequeñas películas o miniseries compuestas por arcos de historia de 3 capítulos, lo que le dio la libertad de explorar diferentes etapas de los personajes, en diferentes tiempos y enfrentados a diferentes desafíos.

Mon Mothma en la fiesta de matrimonio de su hija

Genevieve O’Reilly (Mon Mothma) en Andor temporada 2

También lo que se realizó en materia de creación de personajes y arcos de personajes supera en mucho a cualquier producto televisivo de Star Wars, sin necesidad alguna de cameos ni fanservices, Andor fue capaz no sólo de darle un desarrollo profundo y realista a su personaje protagonista, sino que desarrolló una gama compleja de personajes secundarios, todos bien desarrollados, todos muy bien actuados y todos moralmente grises.
Gilroy encontró el punto perfecto donde humanizar tanto a la Rebelión como al Imperio, ambos bandos están compuestos por humanos, personajes de carne y hueso, gente normal, común y corriente, sin magia, sin superpoderes, dispuestos a tratar de sobrevivir en un mundo adverso y a dejar todo de lado por sus ideales. Y, como en la vida real, este sacrificio se siente verdadero, doloroso, muchas veces despiadado e injusto. Las grandes maquinarias como la naciente Alianza Rebelde y el Imperio no tienen problemas para descartar y desechar a sus miembros para mantenerse vivos y no tienen el menor pudor de pedir los máximos sacrificios sin dar nada a cambio. Son organizaciones sin rostro, compuestas por humanos falibles, con agendas propias y demasiadas ganas de triunfar.

Stormtroopers frente a una multitud en Ghorman

Stormtroopers en el planeta Ghorman

Esta serie me recordó la película Zona de Interés, que hablaba de la vida cotidiana de una familia alemana vecinos de un campo de concentración, porque te das cuenta de que el Imperio está formado no por villanos, sino por personas normales, gente normal, con vidas normales que tienen la capacidad de un mal profundo y de mirar para el lado, justificar genocidios, pero que siguen siendo humanos. Eso da mucho más miedo que un supervillano, porque ¿Cuántas veces hemos sido nosotros esos villanos sin darnos cuenta?
Lo mejor de todo, es que su capítulo final logra cerrar de manera satisfactoria todos sus arcos, listos para ver la última misión de Cassian Andor en Rogue One, una, que como ya sabemos, lo llevará a tener que sacrificar su propia existencia. Y ese sacrificio y el de todos los demás personajes dolerá mucho más con todo lo que nos ha mostrado la serie.
Andor es una experiencia única, de personajes comunes enfrentados a circunstancias extraordinarias, de dolores, de sacrificios y pérdidas, de traumas, de consecuencias, amor y amistad en un mundo convulso que no reconoce a sus héroes y de una galaxia que no sabe si tiene las ganas ni la fuerza para enfrentar una revolución, donde muchos personajes quedarán olvidados en el gran esquema de la historia, pero que quedarán impregnados y nunca olvidados en todos aquellos que veamos cómo Luke Skywalker recibe medallas por destruir la Estrella de la Muerte, silenciando a millones de vidas en el proceso, y todo lo que tantos tuvieron que sacrificar para que él llegara ahí. Pero esa es otra historia.
Puedes ver la serie Andor: Una Historia de Star Wars, con sus dos temporadas completas en Disney+.