Es oficial chicos, Cine Hoyts de Huérfanos ya es parte de la historia, desde ayer 15 de diciembre de 2010 la multisala más antigua de Hoyts ha cerrado sus puertas al público después de 13 años junto a nosotros ¿La razón?Hoyts pretende priorizar el Hoyts de San Agustín que solo está a un par de cuadras y que concentra mayor porcentaje de público que el susodicho.

Hay que recordar que el cine de Huérfanos reemplazó en 1997 a los clásicos Cines Rex y el intento por hacer un homenaje a las salas clásicas llevó a Hoyts a utilizar las bellas salas del Rex mezcladas con la mejor tecnología digital posible.

Tuve la oportunidad de estar en una de las últimas funciones presentadas viendo Las Crónicas de Narnia y La Travesía del Viajero del Alba, y la sensación de estar dando la despedida a este clásico me llenó por completo y de verdad la energía que se sentía era distinta, las salas eran antiguas y conservaban, sobretodo la mítica sala 1, los techos abovedados y los adornos de cines de antaño.

Una investigación cuenta que en 1910 Santiago tenía muchos más cines que ahora, exactamente 53 lugares donde ver cine versus hoy el 2010 con un Hoyts en San Agustín y algunas salas de películas pornos. Esto muestra un deterioro en la cultura en el centro de nuestra capital y también una tendencia a privilegiar los grandes complejos cinematográficos fuera de la urbe propiamente tal.

Este estudio también revela donde estaban específicamente los cines de antaño, que aunque llenos de gran pomposidad no eran lugares de mucha higiene.

Por ejemplo el Teatro Unión Central (propiedad del Arzobispado), que estaba en una galería con accesos desde Ahumada y Agustinas. Ahí se proyectó la primera cinta vista en Chile (1896), y pese a su nombre, nunca se presentaron obras teatrales en su escenario. Lo interesante es que los cines de esas épocas eran completamente dependientes de los teatros, teniendo camarines, pequeños escenarios, grandes cortinas y formas abovedadas, todo esto porque aún no estaban seguros si esta forma de arte resultaría y preferían tener estas salas multiuso para arrendar a compañías de teatro.

Otra característica interesante es que algunas de estas salas de cine eran galpones con escasa imagen urbana, más cercanos a cada barrio y donde la cartelera se renovaba diariamente, también abundaban los reclamos por “publicidad engañosa” vendiendo como estreno una película antigua o mostrando en cartelera una película que no se daba.

Esto llevó a la extinción de estos cines de barrios y al surgimiento de los grandes como Windsor, Ástor e Imperio. El recordado Cinerama que estaba frente al Cerro Santa Lucía también es un clásico, un precursor del IMAX y cine 3D, fue demolido para dar paso a un hotel, un edificio de departamentos (donde vive su servidora) y varios locales comerciales. Sin embargo, la energía y nostalgia sigue ahí y cada vez que paso pienso en aquella magia y la alegría de aquello que disfrutaron tanto que perdura más allá de nuestra comprensión.