hobbit-desolacion-smaugRESEÑA: Llega a nuestra marquesina la segunda parte de la nueva trilogía de Peter Jackson basada en el libro de J.R.R. Tolkien: El Hobbit La Desolación de Smaug.

En “El Hobbit: La desolación de Smaug” continúa la aventura de Bilbo Bolsón, junto a Gandalf y trece enanos, guiados por Thorin Escudo de Roble, en una misión épica para reivindicar la Montaña Solitaria y el reino perdido de los enanos, Erebor. Dirgiéndose hacie el este, la compañía se encuentra con la criatura más aterradora de todas: el codicioso dragón Smaug.

Es de pensamiento general que la nueva entrega de las aventuras de Bilbo Bolsón (Martin Freeman) junto a los enanos supone un salto cuántico respecto a su primera parte, esa sensación se instala dado que la idea de dividir el libro en tres películas a algunos pueda parecerle exagerada y tal vez en un mundo ideal lo sería, sin embargo no dejo de preguntarme si dividimos un libro de la saga Crepúsculo en dos partes ¿por qué la obra de Tolkien no puede ser dividida en tres cuando en realidad si analizamos el libro en realidad está dividido en tres partes bastante claras. Algunos se empeñan además en comparar a Tolkien y su historia consigo mismo lo cual es un error también, la novela El Hobbit y la trilogía del Señor de los Anillos son dos historias y narraciones muy diferentes. Cuando la primera es más infantil, la segunda es más adulta, sin embargo el escritor sudafricano se sentiría feliz de ver que finalmente sus obras se presentan cohecionadas en una saga cinematográfica. Recordemos que Tolkien, tras la publicación del Señor de los Anillos, reescribió algunos pasajes de El Hobbit para que fueran parte de un todo. Ver que Peter Jackson se ha esforzado en unir ambas historias no debería llevarnos a rasgar vestiduras sino a entender ambas historias como parte de un todo. Los más acérrimos defensores de la obra de Tolkien podrán dar fe que para la adaptación cinematográfica del Señor de los Anillos se tomaron varias licencias, se hicieron varios cambios, y varias adiciones sacadas de los apéndices del mismísimo autor, lo mismo sucede en El Hobbit, no es un calco del libro sobre la pantalla, es una adaptación, por tanto no debería sorprendernos que Legolas (Orlando Bloom) haya sido elegido para aparecer en pantalla, aunque en el libro no se lo menciona, pero debemos tener en cuenta que el Rey Thranduil (Lee Pace) sí es efectivamente el padre de Legolas, y la introducción de Tauriel (Evangeline Lilly), un nuevo personaje que no aparece en el libro original pero que viene a reivindicar el ausente toque femenino que reina en la obra de Tolkien sobre todo en el Hobbit, es una adición que le da a la obra un ritmo nuevo y crea un contexto nuevo que enriquece la historia de Legolas de alguna manera y le da una nueva sensación a lo que vemos en el Señor de los Anillos. Ya me hubiese encantado a mí haberme encontrado con ese personaje en mi lectura de El Hobbit.

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Pero más allá de los cambios en los que algunos podrían estar de acuerdo y otros no, la cinta deja las ataduras de las introducciones de su primera parte y entra de lleno en la acción, de la mano de un director especialista en la creación de estas escenas, con un guión más intenso, más frenético y aunque para algunos espectadores podría sentir que está en presencia de algo «ya visto» como he leído por ahí, no se puede negar lo hermoso que es volver a estar en la Tierra Media, a viajar por parajes increíbles, a luchar con monstruos de todo tipo, reviviendo aquella épica historia que es la génesis de toda una generación de escritores fantasistas (entre los cuales humildemente me cuento) que se sintieron tocados por esta historia muchas veces simple pero no simplista. Ver eso en pantalla, llevado a cabo de manera tan perfeccionista y cariñosa como solo Peter Jackson ha logrado hacerlo, es un lujo que el espectador no puede perderse de vivir en el cine.

thorin-desolacion-de-smaugLa épica funciona, los personajes siguen su desarrollo heróico, el trabajo técnico es impecable como siempre, y el metraje de casi tres horas no aburre ni un momento. La historia de El Hobbit es un viaje, un fluir de historias y personajes desde los ojos sorprendidos pero en constante cambio de su personaje principal Bilbo Bolsón. Tolkien es un gran escritor descriptivo, leerlo es cerrar los ojos e imaginar los paisajes y situaciones tal como él quiere que lo hagamos, pero hay que reconocer que no es un buen desarrollador de personajes que tienden a ser planos y sin demasiado devenir psicológico, sin embargo, Peter Jackson y Philippa Boyens, guionista del filme, han sabido tomar la esencia misma de cada personaje y desarrollarla en pantalla, aquello que nos parecía solo un esboso en las páginas de Tolkien se hace real y efectivo en el filme. Los personajes beneficiados de esta profundización son algunos como Bardo (Luke Evans), quien el libro aparece en un par de capítulos, y acá tiene una vital importancia, cada uno de los enanos a los que vamos conociendo y queriendo cada vez más, el misterioso Nigromante, y las aventuras de Gandalf (Ian McKellen).

En definitiva, la nueva entrega del Hobbit, La Desolación de Smaug es una cinta entretenida, épica y una nueva oportunidad de recorrer los fantásticos caminos de la Tierra Media.
Muy Buena.
Erika Moreno

Bonus Track:
«I See Fire» de Ed Sheeran para el Soudtrack de El Hobbit La Desolación de Smaug.