SINOPSIS: Un agente de la CIA es enviado al Medio Oriente para seguir las pistas y desbaratar una peligrosa red terrorista, guiado por un inescrupuloso y carismático jefe, poco a poco se dará cuenta que hay más de lo que cree bajo los simientos de una guerra y que los amigos y enemigos no están claros.
CRITICA: De la mano del galardonado director Ridley Scott (Gladiador, Hombre en Llamas) nos llega esta intrigante cinta protagonizada por un cada vez más talentoso Leonardo Di Caprio (Titanic, Diamante de Sangre). Poco queda ya del actor joven que pocos tomaban en serio. Di Caprio supo sacarse de encima el estigma y convertirse, a base de un talento innato, en una promesa cumplida del cine norteamericano con una filmografía envidiada incluso por reconocidos actores, demostrando que vino para quedarse una vez más en esta película con una performance real, un personaje matizado, cercano, con personalidad, que sin embargo, se muestra poco diferenciado con su reconocida actuación en Diamante de Sangre. A pesar de esto, no se puede negar que Di Caprio es quien lleva la batuta respecto al buen término de Red de Mentiras. Además cuenta con la participación del ganador del Premio de la Academia Russell Crowe (Gladiador, Capitán de Mar y Guerra) quien trabaja una vez más con Scott (recordemos que ya habían trabajado juntos en la premiada Gladiador, en Un Buen Año, y en Gánster Americano una cinta que obviamente debió ser reconocida con más nominaciones a los Oscares). El personaje encarnado por Crowe es genial en todo sentido (desde su transformación física en adelante), un hombre que se ve muy común pero que en sus manos tiene las decisiones más importantes, la vida y la muerte de las “piezas” que puso en el Medio Oriente y las toma con un relajo que parece escalofriante y a veces hasta divertido. Su personaje se muestra empático con el espectador, entretenido, relajado, tiene tiempo incluso para bromear mientras decide si alguien vive o muere, irónico siempre, desinteresado. Para él los problemas en el Medio Oriente son como un “juego de video”, una entretención y se la toma con un relajo y una libertad que esconde una frialdad enloquecedora. Es como el titiritero que mueve sus marionetas sin el menor remordimiento. Un buen personaje que tiene una participación pequeña pero muy importante.
La víctima de turno de este frío y desinteresado Crowe es Leonardo Di Caprio que, como ya dijimos, lleva sobre sus hombros el desarrollo de la cinta. Su personaje es interesante porque es la antítesis de Crowe, él se toma todo con seriedad, él está preocupado, viviendo realmente desde adentro los conflictos, sangrando, llorando, luchando por ellos. Pero, a pesar de la fortaleza de su personaje, también es un personaje un tanto idealista, un tanto ingenuo de no ve como bajo sus propios pies se desarrolla un juego de intrigas y mentiras que poco tienen que ver con su lucha idealista pero poco real.
Ambos hacen una dupla excelente para esta cinta que son absolutamente lo más destacable de ella y son la razón para ir a ocupar una butaca en el cine.
El guión es intrigante, aunque menos de los que podríamos esperar, sobretodo en la medida del avance del metraje que poco a poco va cayendo indiscutiblemente en cliché, y que a pesar de la intriga comienza a volverse lento y poco original en merma de una producción impecable y de las excelentes actuaciones que ya habíamos analizado. Esperábamos mucho más en este sentido, mucha más intriga, muchas más mentiras, mucha más corrupción y de a poco vamos dándonos cuenta que estamos antes un filme que no se convertirá en leyenda, aunque es imposible decir que es malo, que peca de ser demasiado largo y de tener un final abrupto que cae desde un clímax respetablemente emocionante. Leonardo Di Caprio, una vez más, se convierte en este punto en la luz en medio de la oscuridad y saca adelante no sólo el final sino que todas las escenas que a veces se vuelven lentas y poco necesarias.
Scott nos regala, eso si, buenas escenas de tensión y de acción. Pero, reiterando, lo más destacable son las actuaciones, ni siquiera el score parece trascendente, sólo correcto, nada nuevo.
No obstante, siempre vale la pena ir a ver una cinta bien hecha, que denota la calidad de su producción y que entretiene y mantiene tenso al espectador sobretodo en la primera mitad de esta.
Recomendable.
