SINOPSIS: El asesino serial Michael Myers, presumiblemente muerto, vuelve un año después para seguir su serie de asesinatos en un desesperado intento por aplacar los fantasmas de su pasado.

RESEÑA: El nuevo “niño símbolo” del cine de terror Rob Zombie llega a nuestra cartelera con la adaptación de este clásico iniciado por John Carpenter: Halloween y la historia del asesino serial Michael Myers con esta segunda parte de su saga.

Este remake de la cinta Halloween II de 1981 (la última Halloween escrita y diriga por John Carpenter) es toda una oda al cine gore del cual tantos y tantos son amantes que, sin embargo, más allá de la sangre y de los asesinatos, no logra reproducir el misterio psicológico que tenían las películas originales. Sabemos que Rob Zombie (House of 1000 corpses, Halloween) es un profundo amante del cine gore y pone al servicio de esta entrega esa afición por todos tan conocida, distanciando a Halloween II del filme original.

Sin tener nada en contra del cine gore y muchísimo respeto por la sangre explícita en el cine dentro de un contexto, en  humilde opinión de esta comentarista, Rob Zombie apartó todo el misterio, simplificó el guión a la mínima potencia y llenó de sangre y asesinatos la pantalla grande para ocultar varios fallos no sólo en la historia, sino que en varios personajes. El por qué o para qué de estos asesinatos y de todos los sucesos, pasa a un segundo plano, la idea me parece, era ser lo más explícito posible y se logró. Sinceramente, creo que la idea era imprimirle un toque profundamente personal a la cinta, sabemos que el estudio le dio al director “chipe libre” para hacer esta segunda parte, debido al éxito de la primer, sin embargo, siempre hay límites, sobretodo cuando estamos creando algo basándonos en una idea anterior, por muy personal que queramos hacer nuestro trabajo, siempre debe haber un respeto por la idea o concepto que fue nuestro guía y Zombie olvidó esto. Como mujer debo talvez dar una opinión personal (muy personal en realidad) respecto a las escenas de mujeres desnudas que en realidad eran tanto o más forzadas que el resto de los engranajes de esta bizarra pieza cinematográfica.

Pero más allá de sangre y desnudos que hasta cierto punto y en un contexto se pueden aceptar, Halloween II no ofrece mucho ni al género, ni a la saga, ni al público, en menos de dos horas, que  para algunos serán eternas sobretodo para los espectadores de estómagos sensibles y para los que buscaban algo de guión entre tanta sangre, esta cinta logra en ciertos momentos mantener la tensión, y brinda una que otra escena digna de un comentario posterior y si bien no es un calco de la Halloween II original (lo que  en algún sentido podríamos llamarlo acierto), los varios fallos de guión como el momento en que se intenta (sí, digo intenta) explicar por qué Myers hace lo que hace, da paso a escenas forzadas de toda índole y personajes tan fuera de lugar que sorprende. Las escenas de matanzas son predecibles, aún cuando los fanáticos de la sangre verán saciado su apetito de muchas formas, creo que incluso en este aspecto faltó sorpresa, faltó chispa y sobraron clichés de todo tipo.

Se agradece la bestialidad de Myers y la estética setentera que se siente en la atmósfera, creo que de todo esto es lo más destacable y lo que mantiene en cierto aspecto la magia de la película y me mantuvo sentada en esa butaca, sin embargo, el desarrollo tan lineal convierte los típicos saltos que los espectadores damos en el cine cuando aparece uno de estos asesinos por detrás de los espejos o detrás de los árboles, en sonrisas irónicas de “yo sabía que esto pasaría” y eso en una cinta como esta es fatal.

Otro acierto que me agradó fue la manera en que se representó la psiquis del asesino, como de alguna manera con representaciones oníricas (que algunos llamarían básicas) podemos ver a través de la mente retorcida de este famoso homicida.

En resumen, una cinta que escapa del concepto original que tenemos de “Halloween”, muy enmarcada en el cine gore y que talvez no sea del agrado de los más apegados a las cintas de Carpenter. Recomendable para los que gustan de la sangre y del inimitable estilo de Rob Zombie, para los delicados de estómago es mejor abstenerse.

Sólo para fanáticos.

Erika Moreno